GILIBERT
Gilibert es el verdadero nombre del yacimiento arqueológico exitente en el término de Fuentelespino de Haro, aunque también es conocido con los nombres de Giliberte, y el más común entre los vecinos, Geliberte. Según Jose Ramón Guardia Santaella, este nombre tiene un origen germánico "GILIBERTO", nombre de su posible dueño o fundador. En este paraje existió vida desde la Prehistoria hasta el siglo VI d.c., cuando los habitantes del lugar comenzaron a emigrar hacia la aldea cercana de Villaescusa de Haro. Numerosos han sido los hallazgos que dan fe de la existencia de vida en este territorio en las épocas de la Prehistoricas, Iberismo, época romana, visigoda, medieval, árabe. Desde herramientas bellamente talladas en silex, que atestiguan un antepasado prehistórico, hasta fíbulas, vasijas y gran cantidad de cerámicas y monedas correspondientes a practicamente todas las épocas que ha habido en la Historia de España. Hoy se exiben en el Museo Arqueológico de Cuenca algunos objetos encontrados en Gilibert, entre ellos los restos de una columna romana. Especial significación tuvo el hallazgo de un cadaver acompañado de un ajuar, que, por las características de este, es datable en la época visigoda, allá por el siglo V.
En este despoblado existió una fortaleza (donde nació el Condestable de Castilla D. Miguel Lucas de Iranzo), cuyas coordenadas U.T.M son Serie L, escala 1:50.000, Hoja S.G.E. 22-27 (Belmonte), Designación del punto: 30S WJ 5297 43905, y está protegido legalmente por la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949. Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. Este Castillejo (hoy totalmente desaparecido) estaba rodeado de tres murallas. También existian en el lugar una ermita, una fuente, ---. Hoy en día, todos los elementos arquitectónicos de Gilibert están completamente desaparecidos, lo único que permanece en pie es un chozo de pastores que data del año 1800 aproximadamente, situado al lado del cerro donde estuvo ubicada la Iglesia - Ermita de Gilibert.
Para llegar al lugar de Gelibert hay que coger la carretera CM-3009 que lleva de Fueslespino de Haro a Villaescusa de Haro, entre los puntos kilométricos 36 y 37, en el margen izquierdo de la carretera a unos 1.000 metros se encuentra la fuente de Gelibert y el lugar del mismo nombre rodeado de alturas. Se designa Gelibert en el mapa 1:50.000 del Servicio Geogr?fico del Ejército que comprende la zona sur del término municipal.
Como se ha mencionado anteriormente, en esta aldea nació D. Miguel Lucas de Iranzo, personaje ilustre, que hace poco tiempo, ha dado nombre a una calle en Fuentelespino de Haro. D. Miguel Lucas de Iranzo fue condestable de Castilla, gran servidor del Rey Enrique IV, consejero, y corregidor de Baeza y alcaide de Jaén. De no muy noble cuna, ha sido considerado un arribista por algunos historiadores, mientras que otros destacan la inquebrantable lealtad a su Rey, al que permaneció fiel hasta en los momentos mas dificiles. El monarca supo premiar su fidelidad, y le dio los mayores empleos del reino y numerosas donaciones, como la villa de Agreda y los castillos de Veratón y Vozmediano. Gozó fama de Magnanimidad, y en varias ocasiones dejó constancia de su defensa de sectores sociales marginados u oprimidos; durante su estancia en Jaen acogió varias veces a grupos de gitanos y los agasajó y favoreció en cuanto pudo. Este rasto de su personalidad, sin embargo, le costó la vida. En 1472 se suscitaron en algunas localidades andaluzas alborotos y disturbios graves contra los conversos, y el condestable intento amparar a estos y evitar que se les hiciese daño y se les robase. Su actitud provocó la ira de los alborotadores, quienes se conjuraron contra él y lo mataron mientras oía misa en la catedral de Jaen.
Lamentablemente, aún no se han efectuado excavaciones arqueológicas en el lugar, ni se ha hecho un estudio exaustivo de la zona para tener un conocimiento más exacto de lo que en su día fue Giliberte. En Fuentelespino de Haro se creo hace un tiempo la Asociación Cultural "Gilibert", que se dedica a promover la Arqueología en el pueblo, y a hacer algunos estudios sobre este despoblado.
Antonio J. Carrascosa Jiménez